Una reunión íntima de 16.000 personas: Bad Bunny lanza nuevo álbum en fiesta masiva en Puerto Rico

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Una reunión íntima de 16.000 personas: Bad Bunny lanza nuevo álbum en fiesta masiva en Puerto Rico

¿Puede ser acogedora una fiesta para escuchar un álbum con 16.000 invitados? ¿Especial? Evidentemente sí. Anoche, Bad Bunny lo hizo cuando estrenó su nuevo LP, Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana.

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Celebrado en el icónico Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot en San Juan (también conocido como El Choli), el itinerario del evento era un misterio cuando se anunció. ¿Aparecería Bad Bunny? ¿O los fans simplemente escucharían el álbum canción por canción sin él? Nadie lo sabía. Aún así, las entradas se agotaron a las dos horas de salir a la venta.

Las expectativas eran variadas entre los asistentes al concierto, muchos de los cuales proyectaban una vibra renacentista con sombreros y botas de vaquero y camisas y faldas con flecos brillantes. (Por supuesto, la nueva prenda característica de Bad Bunny, la gorra azul de los L.A. Dodgers, también se replicó entre la multitud). Algunos fanáticos simplemente estaban felices de escuchar el álbum entre amigos y con un sonido de primer nivel. Sin embargo, otros esperaban más.

“Espero que Bad Bunny salga. En un caballo”, bromeó Dariana Cruz, de 33 años. “Mínimo. Así no cante, pero que salga por lo menos”.

El deseo de Cruz no se cumplió al pie de la letra — nadie salió a caballo. Pero Bad Bunny sí apareció, y de manera espectacular. En el centro de la arena, rodeado de fans clamantes, un Rolls-Royce Silver Shadow vintage mejorado, el mismo auto usado en el video de “Where She Goes”, descendió lentamente desde el techo. Los fanáticos gritaron. Bad Bunny estaba al volante.

Rodeando el auto abajo había una docena de bailarines, todos vestidos de negro con los rostros totalmente cubiertos por algo similar a un pasamontañas, pero con los ojos sellados en un look extraterrestre. Bad Bunny vestía igual, con un pañuelo a cuadros sobre la cabeza.

El álbum comenzó a sonar en orden cronológico, con “Nadie sabe”. El Conejo asintió sutilmente, haciendo juego con el tono pensativo del tema, en el que reflexiona sobre su trayectoria. Comenzó a hacer música cuando era un adolescente hace 10 años y hoy tiene casi 30, con cinco álbumes de larga duración y un montón de EP y sencillos. Bad Bunny parece lidiar con su creciente celebridad y la correspondiente soledad que ésta conlleva.

Ese primer número fue crucial para marcar el tono de la noche. Así es como Bad Bunny hizo que miles se sintieran cerca de él, a pesar de estar a unos 20 pies (6 metros) por encima de ellos en un auto de lujo que el 99% de sus fans nunca podrían pagar. Hubo momentos durante “Nadie sabe”, y nuevamente a lo largo de la noche, en los que pareció mirar a la multitud, buscar verdaderamente rostros individuales, en busca de retroalimentación o aprobación. ¿Nos gusta la música? ¿Estamos felices? ¿Nos estamos divirtiendo?

Las reacciones positivas de los asistentes llevaron a Bad Bunny a expresar su sentido agradecimiento juntando sus manos en oración e inclinando la cabeza. Incluso con la máscara puesta, parecía que cerraba los ojos cada vez.

Bad Bunny
Bad Bunny

Por supuesto, la energía aumentó a medida que avanzaba la noche, con temas llenos de trap (le dio a la gente lo que quería) y jams para perrear. Sin embargo, un número sorprendente fue “VOU 787”, de ritmo paciente, que samplea la tenue instrumentación de sintetizador de “Vogue” de Madonna.

Bad Bunny contó con el apoyo de un puñado de invitados al álbum que subieron las filas escalonadas a un área VIP gigante cubierta de heno, situada en una esquina del recinto. Asistieron Young Miko, Feid, Bryant Meyers, Arcángel y Tainy. En total, alrededor de 50 invitados especiales bailaron en el edificio de estilo occidental.

Bad Bunny se quitó la máscara después de algunas canciones y, ataviado en su traje, comenzó a bailar afuera del auto. Poco a poco, el vehículo fue bajando y, finalmente, saltó de la plataforma y se dirigió hacia la multitud. Autografió sus tenis exclusivos, los zapatos que la gente había hecho cola durante horas para comprar antes del show. Un asistente al concierto no parecía tener un marcador listo y Bad Bunny decoró la parte superior del zapato con un brillo de labios color burdeos que le entregaron.

Luego, Bad Bunny se dirigió a la sección VIP. Sin prisa, saludó a cada persona en sus seis filas. Sin embargo, de alguna manera, mantuvo cierta coreografía en sus rondas, llegando a varios colaboradores justo cuando sus canciones comenzaban a sonar. Para deleite de la multitud, cantó al lado de Feid en su colaboración “Perro Negro” y con Arcángel en “Acho PR”.

El ya conocido tema “Un preview”, lanzado a fines de septiembre como un adelanto del álbum, como su nombre lo indica, es la última canción de Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana, y como tal, coronó la noche. Pero Bad Bunny no terminó de sorprender a los fanáticos: en lugar de simplemente tocar la canción grabada, la interpretó en vivo.

Bad Bunny cantó desde el área VIP animado por sus colaboradores y amigos. Pero se abrió paso por el improvisado pajar, más cerca de los fans, quienes cantaban y gritaban la letra mientras bailaban. Ráfagas de vapor se dispararon alrededor de Benito mientras se éste se golpeaba el pecho con el puño: “Puerto Rico, los quiero, puñeta”.

Bad Bunny
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