Lo que ‘Ella baila sola’ nos enseñó sobre el futuro de la música latina
El sonido que dominó la música popular en español en el 2023 no estuvo representado en absoluto en el Billboard Hot 100 hasta hace dos años, cuando “Botella tras botella”, una canción con tintes country de Gera MX y Christian Nodal, debutó en el No. 60 e hizo historia como la primera regional mexicana en la lista. Desde entonces, la presencia del género en el ranking se ha disparado a medida que una nueva generación de estrellas ha evolucionado el sonido y la apariencia de la música, tomando prestado del hip-hop, el trap y el rap para aprovechar sus instrumentos tradicionales de guitarra, acordeón y más. Como resultado, estos artistas han nutrido a una nueva generación de fans de un género con bases que se remontan a hace más de un siglo.
Este año, más de 35 canciones regionales mexicanas han ingresado al Hot 100, lideradas por el éxito de Eslabon Armado y Peso Pluma “Ella baila sola”, que también hizo historia cuando alcanzó el top 5 de la lista. Este año sin precedentes para la música regional mexicana, o música mexicana, ha sido impulsado no solo por colaboraciones de superestrellas, como la asociación de Grupo Frontera con Bad Bunny y Fuerza Regida con Marshmello, sino también por el apoyo de grandes sellos deseosos de asociarse con los independientes que han dominado durante mucho tiempo el género. Solo en la primera mitad del 2023, el consumo general de música regional mexicana aumentó un 42,1%, superando a todos los demás excepto el K-pop, según Luminate.
“Durante décadas, la música mexicana ha desempeñado un papel importante en la música latina, dejando un profundo impacto en el panorama musical mundial”, dice Manny Prado, vicepresidente de marketing y A&R de Interscope Records. “Finalmente ha obtenido el reconocimiento que merece”. Este año en particular, las colaboraciones internacionales han impulsado el sonido a territorios inexplorados, y ningún otro género latino ha logrado la tracción del regional mexicano.
Su nueva popularidad se debe a muchas cosas, pero particularmente a su apoyo independiente, seguido de asociaciones de distribución multinacional con sellos importantes. En junio, el líder de Fuerza Regida, Jesús Ortiz Paz, firmó un acuerdo mundial con Cinq Music para distribuir su propio sello, Street Mob Records, que lanzó en 2018. La medida le siguió a un acuerdo que Fuerza Regida firmó con Sony Music Latin el año pasado a través de una sociedad con su sello independiente, Rancho Humilde. La estrategia también funcionó para el trío de hermanos Yahritza y Su Esencia, con sede en el estado de Washington, que firmó con Columbia Records en asociación con Sony Music Latin y su sello independiente Lumbre Music (que había descubierto y firmado el grupo ocho meses antes).
Si bien los sellos indies han dominado históricamente el género (y continúan haciéndolo), estas asociaciones indican que serán clave para el crecimiento continuo de la música en 2024.
“Vimos crecer la música mexicana porque los artistas empezaron a colaborar”, dice Sánchez, vicepresidenta de operaciones de la costa oeste estadounidense de Sony Music Latin. “Es lo mismo si las empresas empiezan a unir fuerzas. Con grandes sellos como Sony, podemos llegar a un espectro más amplio del negocio en general. Tenemos ojos donde los indie tal vez no lo hacen, con oficinas a nivel internacional”.
En el centro de la revolución regional mexicana está Peso Pluma, cuya voz cruda y ronca y su sonido característico de trombones y charchetas — junto con un corte de pelo peculiar — lo convirtieron en la cara involuntaria del género. Después de algunas colaboraciones con otros artistas de corrido a principios de año, se sacó la lotería cuando formó equipo con Eslabon Armado en “Ella baila sola”. Posiblemente el mayor éxito latino de este año, con 617,3 millones de streams oficiales on-demand en Estados Unidos, demuestra cómo una canción poderosa puede impulsar un género local al reconocimiento global, así como la importancia de atender a una audiencia más amplia. Los dos artistas independientes son estilísticamente opuestos: Peso Pluma es conocido por sus corridos arrogantes y llenos de actitud; Eslabon Armado por sus baladas sierreñas románticas. “Ella baila sola” se convirtió en la primera canción regional mexicana en dominar el Billboard Global 200 (manteniendo el primer puesto durante seis semanas) y es No. 1 en la lista Hot Latin Songs de fin de año.
Otra colaboración que llamó la atención llegó en abril, cuando Bad Bunny se unió al tejano Grupo Frontera para “un x100to”, una canción de cumbia/norteña que debutó entre el top 10 del Hot 100. Quizás fue un catalizador para otras colaboraciones poco ortodoxas que siguieron, incluidas las de Peso Pluma y El Alfa, Grupo Frontera y Manuel Turizo, y Banda MS y Ice Cube.
“El movimiento [mexicano] ahorita se está aprovechando como lo hizo el reggaeton en su momento” a principios de la década del 2000, dice Sergio Lizárraga, fundador del sello independiente Lizos Music y manager de Banda MS. “Al final, la raíz es la misma, el regional sigue siendo la raíz, los temas abordan los mismos temas, nada más cantados diferentes”.
Uriel Waizel, director editorial de Spotify para México, compara esta ola de éxitos con otro género completamente diferente: los afrobeats. “La lección mas grande que nos enseñó la música regional mexicana es que el formato tenía que hacer concesiones para impactar los charts globales y de Estados Unidos”, dice. “Pasó en afrobeat con Rema y Selena Gomez [“Calm Down”]. Es un gran ejemplo de cuando un tipo de música se hace más digerible para audiencias globales”.
Cita como prueba más éxitos latinos recientes como “Qlona” de Karol G y Peso Pluma y “Harley Quinn” de Fuerza Regida y Marshmello. “Este año la música mexicana, después de varias iteraciones que han venido ocurriendo evolutivamente en los últimos 5, 6 años”, dice, “ha encontrado por fin su camino en el mercado global”.
