El último adiós de Los Temerarios: ‘Hay que escuchar a tu corazón’

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El último adiós de Los Temerarios: ‘Hay que escuchar a tu corazón’


Los Temerarios entraron corriendo al escenario de la Arena Ciudad de México el 14 de febrero –Adolfo Ángel de la izquierda, Gustavo Ángel de la derecha– mientras más de 18.000 fans gritaban a pulmón herido, ahogando la música de su banda. Los dos hermanos se abrazaron breve pero ferozmente al encontrarse en el medio del vasto escenario. Luego, Adolfo, vestido con pantalones y camisa negra y chaqueta azul claro, tomó su lugar habitual detrás de su teclado mientras Gustavo, vestido con una brillante chaqueta bordada en negro y rojo, cogió su micrófono.

Sin más preámbulos, cantó las primeras notas del primer tema de lo que se supone es la última gira de Los Temerarios, Hasta Siempre.

Su gira final y cierre de telón.

Después de más de cuatro décadas juntos, 41 entradas en la lista Hot Latin Songs de Billboard y la asombrosa cifra de 46 entradas en Top Latin Albums (más que cualquier otro artista latino en la historia), Los Temerarios se separan.

 “Mañana es el comienzo del fin de una era para Temerarios”, me dijo Adolfo con los ojos llenos de lágrimas la noche antes mientras tomábamos una botella de vino en una suite del Hotel Presidente en la Ciudad de México. Es la primera y única entrevista desde que el grupo anunció su despedida.

  “Estoy un poco sensible”, añade con una risa suave y avergonzada. Adolfo, el “Temerario mayor”, es alto — mide más de 1,80 metros — y enigmático. No es raro verlo emocionarse. Después de todo, este es un grupo cuya carrera se ha construido literalmente sobre canciones de amor y desamor. Todas han sido escritas y producidas por Adolfo desde que era un adolescente que hacía música con su hermano menor Gustavo, el apuesto y carismático cantante con un tenor agudo y expresivo.

“Vamos a terminar esta gira, cada quien seguirá su camino, y yo a mi hermano siempre le voy a desear lo mejor de la vida”.

—Adolfo Ángel

Pero durante su gira por Estados Unidos en agosto, Los Temerarios hicieron un anuncio sorpresa en las redes sociales: “Con el amor que nos ha unido desde que éramos niños, mismo que sentimos por la vocación que hemos tenido el privilegio de ejercer y compartir por más de 46 años, les queremos comunicar que hemos tomado la difícil decisión de separarnos musicalmente, cerrando así uno de los ciclos más importantes y gratificantes de nuestras vidas”, escribieron los hermanos. “Todo lo que expresaremos a partir de este momento será a través de nuestra música en los escenarios de nuestros próximos conciertos donde estaremos ofreciendo lo mejor de nosotros”.

En vísperas de su gira de despedida, Adolfo se mantuvo fiel a su declaración, negándose a dar más explicaciones sobre la separación del grupo excepto decir que estaban terminando con Los Temerarios a petición de su hermano, pero que la relación seguía amistosa y también fraternal.

 “Te estoy contando lo que ya dijimos en el comunicado”, me dice ahora. “Quedamos muy claros que íbamos a mantenerlo así entre él y yo, y yo quiero respetar eso, y estoy seguro que él también. Vamos a terminar esta gira, cada quien seguirá su camino, y yo a mi hermano siempre le voy a desear lo mejor de la vida”.

Por ahora, están cumpliendo su promesa a los fans al traer lo mejor de sí mismos al escenario. El 14 de febrero, respaldados por su banda de cinco integrantes de muchos años, Adolfo y Gustavo actuaron durante más de dos horas mientras la multitud cantaba. Los hermanos agotaron las entradas cinco noches consecutivas, un récord para el recinto.

“Tener un solo artista tocando cinco [shows] consecutivos con entradas agotadas va más allá de cualquier cosa que hayamos hecho antes”, dice Alejandro Arce, director general de la promotora de conciertos Zignia Live, que también es propietaria de la Arena Ciudad de México. El promotor anunció inicialmente nueve fechas de la gira en México para Los Temerarios “y las ventas fueron extraordinarias”, agrega.

No es que eso fuera una sorpresa. El año pasado, el grupo recaudó 12,3 millones de dólares y vendió 125.000 entradas para 14 conciertos, según cifras reportadas a Billboard Boxscore. Aún así, la respuesta en México, donde no había estado de gira en más de una década, ha sido fenomenal, y se han agregado tres fechas más a la Arena Ciudad de México (para un total de más de 120.000 boletos vendidos), además de tres fechas con entradas agotadas (30.000 personas) en la Arena Monterrey. En total, en 2024, Los Temerarios tocarán en más de 50 arenas y estadios en México, Centroamérica y Estados Unidos, incluido el Madison Square Garden en Nueva York y dos noches tanto en el Toyota Center de Houston como en el AllState Arena de Chicago, con más ciudades por anunciarse.

“Los Temerarios es un grupo de época que ha trascendido de generación en generación”, dice Arce. “Muy pocos grupos de este género pueden llenar estadios. Abre este tipo de música, que es completamente diferente y con un mensaje completamente diferente, a las nuevas generaciones”.

Los Temerarios interpretan canciones de amor melancólicas y apasionadas con arreglos que van desde lo muy tradicional mexicano (cumbia, ranchera y el sonido de teclados asociado con los grupos románticos mexicanos) hasta el pop sofisticado, una dualidad que la banda logró de manera única en su esfera.

Originalmente creado por los dos hermanos y un primo a fines de la década de 1970 como Grupo La Brisa, el grupo siempre estuvo encabezado por Adolfo, el tecladista y compositor que escribía canciones para que las cantara su hermano, el de la voz angelical. Su estilo de música romántica grupera estaba comenzando a surgir en México, con docenas de grupos románticos, entre ellos Los Bukis y Bronco, ganando terreno. Los Temerarios tenían una ventaja adicional: el talento empresarial de Adolfo. Eventualmente cambiaron su nombre a Los Tenerarios, y empezaron a sacar música bajo su propio sello, AFG Sigma Records, y a promocionar sus propios conciertos.

El espíritu independiente ha beneficiado enormemente al grupo. Salvo por una breve etapa al comienzo de sus carreras, cuando los firmó un sello multinacional, los hermanos siempre han licenciado sus álbumes y han mantenido los derechos y control sobre sus másters, incluso cuando estuvieron firmados con Fonovisa.

En cuanto al catálogo editorial de Adolfo de cientos de canciones, siempre ha sido administrado por su propia editorial, Virtus, creada en 1989 como reemplazo a una editorial anterior, ADF. Este año, el grupo firmó su primer contrato de administración editorial, con Kobalt.

Players, Los Temerarios
El dúo ganó el premio “Top Latin Albums” Artista del Año en los Premios Billboard de la Música Latina 2005.

“Los Temerarios crearon moments culturales eternos alrededor del mundo con su música. Representar un catálogo tan rico como este nos permitirá continuar con su legado y ayudar a nuevas generaciones a descubrir su música, haciendo de este un acuerdo que no tiene precio”, dijo Leslie Ahrens, SVP Creative Latin America para Kobalt.

Hace 12 años, los hermanos empezaron a sacar música de forma totalmente independiente, lanzando su propio sello — también llamado Virtus– y encargándose de su propia promoción y marketing. Su prima Mayra Alba es su mánager desde 1996.

“Su música no para de evolucionar”, dice Alba. “Como artistas, han seguido el rumbo que quieren, pero siendo auténticos, conectando con el público, traspasando generaciones. No hay barrera que no se pueda cruzar”.

Los resultados hablan por sí solos. Además de su récord de entradas en Top Latin Albums, la banda ha colocado 41 canciones en Hot Latin Songs desde 1990. De ellas, 17 llegaron al top 10 y cuatro alcanzaron el No. 1, incluyendo “Ya me voy para siempre”, “Por qué te conocí”, “Qué de raro tiene” y “Si tú te vas”. En Latin Airplay, el grupo tiene 15 top 10 y cuatro No. 1, y en Regional Mexican Albums, sus 53 entradas superan las de cualquier grupo. Solo otros dos artistas, Marco Antonio Solís y Luis Miguel, tienen más No. 1 en Top Latin Albums (12 y 9, respectivamente) que Los Temerarios, que tienen ocho.

La estabilidad del grupo, que actúa desde 1980, hizo aún más sorprendente la noticia de su separación. Sin embargo, hasta ahora, la gira de despedida de Los Temerarios ha estado llena de júbilo, y la respuesta ha sido abrumadora. Para estos shows, Los Temerarios mejoraron la producción, agregando imágenes sofisticadas, cortesía de su colaborador y director de video Carlos Pérez.

Y, además de la voz de Gustavo, Adolfo, por primera vez, también canta un breve interludio de canciones durante el espectáculo. Puede ser un presagio de lo que está por venir.

“Nunca he tenido miedo de experimentar. Luego vienen muchas energías que te dicen que no. Yo nunca he escuchado esa parte, pero sí escucho mi corazón”, dice Adolfo en su entrevista con Billboard. “Me voy con todo y descubro que ahí está la clave: que hay que escuchar a tu corazón”.

Quisiera escuchar otra vez la historia de cómo obtuvieron su primer contrato discográfico cuando eran adolescentes.

Sí. Era la era de los sueños. Cuando tú ves a muchos artistas, a muchos grupos que te inspiran y te motivan y que tú quieres llegar un día a tocar en grandes escenarios, con un público que cante tus canciones, y dejes un mensaje positivo en el corazón de los que te escuchan.

Te puedo decir que recorrí todos los sellos disqueros de la época, y todos dijeron que no. Llevaba nuestros pequeños demos y decían: “Está muy bien, vuelve en febrero”. Y después era marzo. Así que [decidí] si no tenemos un sello disquero, voy a formar un sello disquero. Entones empecé a hacer discos. Iba y los promocionaba en las emisoras de radio. Llegaba como promotor del grupo, y era un adolescente. Eran horas y horas sentado y a veces te atendían y a veces no. Esto no lo cuento con tristeza o con lamento; es parte del algo que hoy entiendo que así debía ser y que ha sido muy positivo en nuestra vida. Y también llevaba los discos a vender en las discotecas. En aquella época eran los discos de acetato. Ni siquiera existía todavía el CD. Llevaba los discos y era a consignación. Si los vendían me pagaban, y si no, yo iba y los recogía. Era una época muy bonita donde trabajabas por el sueño.

Y cuando empezamos a vender 5.000 copias y dije, “Hey, mándame otras 1.000”, vino la gente de Sony — CBS en esa época — y firmamos un contrato. Eso fue como en 1983.

Empezaste tu carrera haciendo todo solo, y ahora que son superestrellas, todavía hacen lo mismo.

Sí, y me parece que ha sido importante eso en nuestra carrera, y que ha sido positivo. Nos hizo aprender y recorrimos el camino, y hoy por hoy siento que ha sido un gran regalo que la vida nos dio que al principio tocábamos puertas y nos decían, “bueno, regresa el próximo año”. Y el próximo año y el próximo año hasta que entendí que lo teníamos que hacer nosotros y me dediqué a hacerlo.

¿Tuviste algún mentor?

No. Siempre fue el deseo y las ganas de salir adelante. Y buscaba la manera. Agarraba el teléfono y decía, a ver, este sello disquero dónde es, dónde es esta emisora de radio. Agarraba la camioneta y me iba a buscar la posibilidad que nos conocieran. Y finalmente, lo lograba. Poco a poco fuimos abriendo el camino y al rato ya éramos conocidos cuando menos en nuestra región.

Pero, ahora que me lo preguntas, mi papá siempre yo lo veía cómo conseguía las cosas por las que él luchaba y era un ejemplo muy pero muy importante en mi vida. Él me apoyó hasta la fecha. Yo creo que si no hubiese sido por mi papá nos hubiera costado muchísimo más, porque él ama la música. Por ejemplo, cuando teníamos que ir a trabajar al campo, yo me hacía que no tenía muchas ganas y me quedaba dormido a propósito. Y en cuanto se iban ellos yo me levantaba y me iba a buscar al maestro de música en Fresnillo, Zacatecas. Y él no me decía nada al día siguiente. Me permitía que hiciera ese tipo de faltas. Me compró mi primer teclado también, un órgano rojo. Y después, cuando se quedó chiquito, salió un modelo nuevo y le dije que me gustaba mucho y me encantaría tenerlo, y también me lo compró.

Players, Los Temerarios
La gira Hasta Siempre de Los Temerarios se presentó en la Arena CDMX el 16 de febrero.

Acabas de firmar tu primer contrato de administración de tu catálogo como compositor con Kobalt. ¿Has considerado vender tu catálogo?

No. Mis canciones tienen un valor muy especial. No es solamente el dinero. Y si yo puedo llevarlas de la mano como yo considere, esas canciones que han salido de mi corazón, pues yo prefiero que así sea en lugar de entregarlas a alguien y luego que me den un cheque. Eso no siento que es lo que quiero hacer, por lo menos no en este momento.

Hace una década, Los Temerarios estaban en uno de sus apogeos. Pero el último álbum que sacaron fue en 2015 y luego la pandemia rompió ese ciclo. ¿Qué han estado haciendo?

Siempre estuvimos haciendo algo. Aunque desde el 2015 no habíamos sacado un álbum inédito, hicimos un par de canciones que nos hacían sentir muy bien. Y yo siempre en la cuestión de grabaciones fui muy paciente. Yo veía que los grupos de nuestro género grababan un álbum por año, más o menos. Y en el caso nuestro no fuimos así, grabamos un álbum cada cuatro, cinco años. Yo siempre consideré que entre más rápido grababas, más rápido podías saturar el gusto del público. Todavía lo pienso. Aún en la época de TikTok. Por eso el espacio tan grande entre un álbum y otro. Y puedo decirte que siento que nos ha dado resultado el no desesperarte y aguantar la presión. Luego te encuentras personas que te hacen comentarios como, “Oye, ya no suenan en la radio”, y creo que si aguantas esa presión después tienes resultados positivos. Porque la gente está esperando algo nuevo y cuando sale lo reciben con los brazos abierto.

La industria cambió y ahora el ciclo de lanzamientos es muy rápido. ¿Eso te preocupa?

Al contrario. Yo siempre he pensado de esa forma, pero no porque me aferre a un pensamiento, sino porque así lo siento. Puede haber canciones que salgan cada 15 días, cada semana, pero siento que no trascienden. Puedes creer que si haces un video más o menos o lo pones en TikTok funciona un ratito en el coro o en el estribillo. Sí, pero no creo que sea el camino. La música no es eso. Hay que tomarlo con seriedad y me gusta el sistema antiguo, donde te metes al estudio, donde tienes una gran consola, donde haces una gran producción con los mejores ingenieros y los mejores músicos y no solamente con una computadora, que es válido y me encanta. Pero [la otra] música es la que a mí me gusta hacer, la que me mueve el alma.

Tú eres un compositor romántico por excelencia. ¿Te consterna ver cómo las letras de hoy referencian el amor?

Así como que me consterna, no. Pero, al principio me sorprendía mucho el oír cómo la música se utilizaba, y lo siguen haciendo, para denigrar a la mujer. En ese sentido ha sentido un impacto muy fuerte para mí porque como compositor yo hago lo contrario, y trato de hablar muy bonito del ser más hermoso que existe en el universo, o al menos en el mío. Y cuando escucho todo eso digo, oh, y trato que mi hijo no esté por ahí. Pero, recalco, no estoy criticando y no quisiera que se sintiera como una crítica. Cada quien en su camino y cada quien en su forma de hacer música; yo seguiré haciendo mis canciones de amor. Y si hay una mujer bonita y le puedes decir algo bonito y hacerla sentir como una princesa o como una reina en lugar de lo otro, pues yo sí prefiero decirle cosas tiernas y dulces y amorosas. Aunque quizás sea medio cursis en esta época, me gusta eso.

“Los Temerarios es un grupo de época que ha trascendido de generación en generación. Muy pocos grupos de este género pueden llenar estadios”.

—Alejandro Arce

Escribiste mucho en la pandemia, y la mayoría de esas canciones no han salido. ¿Qué planes tienes para ellas ahora?

Las escribí para nosotros y pensando en mi hermano, por supuesto. Incluso, cuando yo escribo en el piano o guitarra las hago en el tono de mi hermano, que es una tesitura más alta que la mía. Y me divierto, pero ya sé cómo va a sonar a la hora que mi hermano las interprete. Después viene la decisión de mi hermano que ya no quiere estar en Temerarios, y las canciones quedan en pausa. No sé qué voy a hacer. Lo que sí puedo decir es que esas canciones algún día saldrán a la luz. Entonces, vamos a terminar esta gira, cada quien seguirá su camino, y yo a mi hermano siempre le voy a desear lo mejor de la vida. Creo que mi hermano es un hombre con muchísimo talento, tiene muchísimo carisma, la gente lo quiere mucho, hemos hecho una gran carrera juntos, y tenemos el cariño del público, ambos. A él la va a ir muy bien en lo que decida hacer, y yo seguiré haciendo mis canciones hasta que pueda hacerlo.

¿Estás trabajando en un álbum solista?

No estoy trabajando en mi disco solista. Me gusta mucho cantar y nunca quise hacerlo en el escenario, aunque grabé algunas canciones como solista, casi por accidente cada una de ellas en su momento. Yo siempre me sentía muy cómodo detrás de los teclados y mi hermano al frente. Detrás de los teclados te puedo contar un chiste, hablar contigo, es una especie de capa protectora donde te sientes muy cómodo. Y así fueron años, décadas. Y ahora en esta gira dije, debo hacerlo, y estoy cantando esas tres canciones en un set. Y esa es la única intención: corresponder el cariño del público. Cuando lo hice por primera vez, estaba muy nervioso. Lo confieso. Y me gustó mucho. Era un torbellino de emociones, y salí y lo hice y me gustó. Ahora me siento muy cómodo.

Entonces, ¿qué sigue para ti?

Escribir más canciones. No paro de escribir y producir. Le he producido a otros, pero me siento más cómodo y más feliz y más tranquilo escribiendo para Temerarios. Y si ya no está mi hermano pensaré en hacerlo para mí.

¿Qué te gustaría que fuera tu legado para la música mexicana y la música latina?

Siento que estamos dejando un mensaje muy hermoso en todos los que nos han escuchado, y yo con eso me quedo. Eso para mí es suficiente. Bueno, ya dije todo.

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