El Rey del Kartel: El notable ascenso de una de las estrellas más populares de México

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El Rey del Kartel: El notable ascenso de una de las estrellas más populares de México

A medida que el atardecer de California pinta de naranja brillante el cielo en un caluroso día de agosto, una caravana de SUVs de lujo se abre paso por los caminos de tierra fuera de Los Ángeles que conducen al Pico Rivera Sports Arena. Cuando llegan, la puerta de un Mercedes-Benz G-Class blanco se abre y emerge Luis R Conriquez. Vestido con jeans negros, camisa abotonada con patrones en blanco, negro y amarillo, botas negras y una tejana de gamuza adornada con plumas, el músico de 28 años encaja perfectamente con la estética de la multitud en su mayoría millennial reunida aquí. La pesada cadena de plata que descansa en su pecho es el único signo obvio de que Conriquez no es solo otro asistente al evento inaugural de Belicolandia: el cantautor es una de las más grandes estrellas de los corridos bélicos de hoy, y los miles de asistentes pronto lo verán cerrar el evento tipo festival producido por su sello, Kartel Music.

Mientras Conriquez se dirige a su tráiler justo detrás del escenario, lo sigue un imponente guardia de seguridad, pero el propio músico ofrece sonrisas amistosas a todo el que encuentra. Una vez instalado dentro del tráiler, donde pasará la próxima hora o más, realmente baja la guardia, bromeando con su buen amigo Tony Aguirre sobre lo temprano que había actuado ese día el también cantante de corridos (también firmado por Kartel). “Así nos llevamos, bromas a cada rato”, dice Conriquez. “Nos gusta pasarla bien”. El tráiler se convierte en una puerta giratoria por la que artistas mexicanos regionales emergentes y establecidos entran y salen para saludar y tomar una foto rápida con el Rey de los Corridos Bélicos, como los fans de Conriquez lo apodaron al principio de su carrera. Y no es una exageración: desde su debut en 2019, Conriquez ha sido pionero en el subgénero mexicano que se ha globalizado en los últimos años gracias a él y a colegas como Peso Pluma.

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Han pasado dos años desde que Conriquez actuó por última vez en Pico Rivera, el lugar tipo rancho con capacidad para 6.000 personas y de usos múltiples a solo 15 millas (24 kilómetros) al oeste de Los Ángeles que ha atendido durante décadas a los fans de la música mexicana. Pero incluso en ese corto tiempo, mucho ha cambiado para el artista nacido en Sonora, México, que saltó a la fama con su revolucionario éxito “El Buho”, pues la música regional mexicana se ha convertido en el subgénero latino más grande en los Estados Unidos, según Luminate. Conriquez, a quien el entonces nuevo Kartel firmó en 2019 en una audición en Mexicali, Baja California, es conocido por sus corridos bélicos, un término que dice haber acuñado él mismo para describir el sonido del subgénero (no sus letras, que a menudo mencionan a capos mexicanos de la droga o figuras del cártel, pero son “menos violentas” que otros corridos, señala Conriquez). “‘Bélico’ significa que tiene mucha presencia”, explica. “Siento que los corridos en sí no están tan violentos. La palabra bélica es el sonido que tiene esta música. Los instrumentos como el tololoche, las charchetas. En estas actualidades los corridos bélicos y los tumbados, [que fusionan el sonido bélico con trap y hip-hop], se juntan los dos y hacen algo más fuerte”.

Conriquez, cuya voz cruda y entrega directa a menudo suena más cercanas al rap que al canto, se ha convertido en un colaborador habitual tanto para artistas regionales mexicanos como de otros géneros latinos, incluidos Nicky Jam, Ryan Castro y Peso Pluma, mientras domina las listas de Billboard. Con 1.420 millones de streams oficiales on demand en los Estados Unidos, según Luminate, tiene 20 pistas en la lista Hot Latin Songs, y más recientemente logró su primera entrada en el Hot 100 con “Si no quieres no”, una colaboración con el emergente Neton Vega. Su álbum Corridos Bélicos, Vol. IV, lanzado en enero, le valió su primera entrada y top 10 en cualquier chart de álbumes, debutando en el No. 5 en Top Latin Albums y en el No. 3 en Regional Mexican Albums. También le dio entrada al Billboard 200, con un debut en el No. 36.

“[El álbum] era como La Última Cena“, dice sonriendo con orgullo. Es hiperbólico, pero solo un poco: el set está repleto de grandes éxitos de la música mexicana, reuniendo a dos generaciones de cantantes de corridos, desde Gerardo Ortiz hasta Tito Doble P (primo y compositor favorito de Peso Pluma). “Todos los que se montaron ahí son amigos”, afirma Conriquez. “Fue un año que lo planeamos porque quería a la gente de ahora, gente de antes. Traté de juntar épocas todo en un mismo tiempo. Yo invité a muchos, a la mayoría; hay otros que decían ‘méteme’. Si tienes talento y eres buena persona, te voy a echar la mano. Lo hago de corazón. Siempre he sido así”. 

Luis R. Conriquez photographed August 12, 2024 in Riverside, Calif.

Su ascenso a la cima de la música mexicana no sucedió de la noche a la mañana. Cuando Conriquez decidió en sus 20s que quería ser cantante, no tenía idea de cómo lograrlo, ya que no provenía de una familia de músicos ni tenía una educación musical formal. Pero no dejó que nada se interpusiera en su camino, ni siquiera los detractores que le decían que no tenía futuro en la música. “Me convertí en mi mayor fan”, dice. “Mis papás son personas alegres y yo pues crecí escuchando música de todo tipo que ellos ponían en la casa. Me gustaba música de rap, y no sabía inglés pero me gustaba. Después empecé a escuchar corridos, reggaetón. Me quedaba dormido con los audífonos puestos y me levantaba y todavía estaba sonando”, agrega con una gran sonrisa.

Conriquez comenzó a escribir corridos alrededor de 2017, dada la popularidad del subgénero en Sonora, y le ofreció una de sus primeras composiciones a un camarada del barrio para que la cantara. “Dije, ‘deja lo canto yo para ver cómo me sale’”, recuerda. “Y como que me empecé a dar ánimo yo solo. Había algo ahí. Y pues seguí escribiendo”.

Grabó sus primeros corridos con su amigo guitarrista Daniel “El Bocho” Ruiz (ahora un miembro clave de la banda de Conriquez), pero no estaba seguro de qué hacer a continuación, hasta que se encontró con el canal de YouTube de un adolescente que subía videos de otros artistas. “Lo contacté y subió mi música y luego la gente empezó a comentar que quién era”, dice Conriquez. “Yo estaba viendo que funcionaba”.

Poco después, comenzó a recibir mensajes en Instagram de un grupo poco probable de fans. “Personas que trabajaban en la construcción en Estados Unidos me escribieron para que les escribiera un corrido”, dice. Una solicitud inusual, quizás, pero no una que Conriquez cuestionara; después de todo, era una fuente de ingresos. “Les pedía que me hicieran una reseña y de ahí yo escribía”, continúa. “Ya luego yo escribía el corrido, lo grababa y se los mandaba”. Inicialmente cobraba 150 dólares por corrido, pero a medida que creció la demanda, triplicó su tarifa. “No tenía ni mánager, yo cobraba. Duré como un año y medio o dos haciendo mis cosas hasta que conocí a Leo y Freddy y firmé con Kartel Music”.


Alfredo “Freddy” Becerra y Leonardo Soto se conocen desde la infancia. Ambos crecieron en un parque de casas móviles en Santa María, un centro agrícola en la región de la costa central de California, y sus padres trabajaban recogiendo fresas. “Nos hicimos amigos porque ambos teníamos la misma misión”, dice Soto. “Era la mentalidad de ‘¿Qué vamos a hacer por nuestras familias?’”

Unos años antes de lanzar Kartel Music, Becerra y Soto crearon Los Compas, una empresa de contratación de mano de obra para trabajos agrícolas. Pero los emprendedores en ciernes buscaban aventurarse en otros negocios, y siempre habían compartido el amor por la música. Querían ser parte de la industria, a pesar de no saber siquiera cómo funcionaba. “No estábamos buscando iniciar un sello”, dice Becerra. “Queríamos ser promotores porque sentíamos que la empresa de contratación de mano de obra nos había dado suficiente experiencia para probar eso primero”. Pero su primer evento, en 2019, fue un fracaso total, confiesa. Habían contratado a unas cuantas bandas locales para un show en Tijuana, y Becerra explica que tenían un escenario, mesas, sillas, cerveza fría, casi todo. “Faltaban los fans”, dice. “Nadie apareció. Volvimos a casa sintiéndonos tristes, y dijimos que nunca lo intentaríamos de nuevo a menos que pudiéramos manejar cada detalle, incluyendo tener artistas propios”.

Luis R. Conriquez photographed August 12, 2024 in Riverside, Calif.
Luis R Conriquez fotografiado el 12 de agosto de 2024 en Riverside, California.

Así que, después, Becerra y Soto pidieron a las bandas que conocían que corrieran la voz: estaban organizando audiciones en Mexicali para encontrar el primer acto para su recién fundado sello, Kartel Music — algo poco convencional pero adecuado para su enfoque atípico de la industria. Unos 12 grupos y solistas se presentaron, incluido Conriquez, quien entonces trabajaba en una gasolinera en Sonora mientras escribía y cantaba corridos por su cuenta y había oído hablar de la audición por un amigo. “Tenía tanta seguridad en el escenario”, recuerda Soto. También fue el único aspirante que interpretó canciones originales, sus corridos de sabor bélico. “Una vez que terminó de actuar, le dijimos que había hecho un buen trabajo y eso fue todo”, agrega Soto. No hubo un lanzamiento formal, dice, pero ambas partes querían trabajar juntas. En lugar de firmar un contrato, hicieron un pacto verbal para crecer juntos.

Conriquez sabía que se había destacado entre la multitud. “[Freddy y Leo] estaban empezando y yo también”, dice. “Les gustó mi rollo y poco a poco fuimos agarrando confianza. Yo todo el tiempo pensé, ‘Esto se tienen que levantar, tiene que haber alguien que haga que esto funcione. Yo sabía que yo podía ser esa persona. Ellos moviéndose por su lado, yo haciendo música. Yo siempre he tenido esa base, solo me hacía falta ese respaldo financiero”. Su primera solicitud al dúo: comprarle ropa nueva para poder grabar videos oficiales.

“Le llevamos un montón de ropa que compramos en Ross [Dress for Less]”, dice Soto riendo. “Te sorprendería cuánto hemos evolucionado con él. Íbamos a Ross y a Marshalls y aparecíamos con un montón de ropa y él se emocionaba tanto porque no tenía nada. Lo apreciaba”. Tan solo unas semanas después de la audición, se reunieron en Puerto Peñasco, México, para filmar su primer video musical, y Becerra y Soto también trajeron un contrato para que Conriquez lo firmara. “Pero ni siquiera quiso verlo”, dice Soto. “Simplemente dijo, ‘Estoy con ustedes’.” (Conriquez eventualmente firmó un contrato y luego algunos más: hoy también es co-CEO de Kartel junto con Becerra y Soto; el sello ahora tiene otros seis artistas en su roster).

Aunque Los Compas no tenía conexión directa con el negocio de la música, había sido un precursor esencial para Kartel. “La historia realmente comienza con Los Compas porque eso proporcionó el dinero para que pudiéramos hacer todo esto”, señala Becerra, explicando cómo él y Soto pudieron comprar nuevos instrumentos a Conriquez y alquilar estudios para que grabara. “Sin ese primer negocio no hubiéramos podido hacer esto. [El dinero] que ganamos en el negocio de contratación de mano de obra se destinó a Luis. Ni siquiera nos divertimos, lo pusimos todo hacia Kartel”.

Durante la pandemia, Conriquez y Kartel redoblaron la apuesta por lanzar nuevas canciones, sabiendo que la gente estaba atrapada en casa y escuchando música. “La estrategia que implementamos de lanzar nueva música constantemente, como cada semana, es lo que lo ayudó a crecer en números”, dice Soto. “La consistencia juega un papel importante. Luis ha lanzado una canción cada viernes desde que comenzamos a trabajar juntos. Durante el mes de su cumpleaños, sacamos una canción todos los días. Parece una locura, pero nos ha funcionado”.

Luis R. Conriquez photographed August 12, 2024 in Riverside, Calif.

En 2019, el mismo año en que Kartel se lanzó oficialmente, Raymond Tapia, vicepresidente de A&R, Latin en Downtown Artist and Label Services, llamó a Soto y Becerra. “Recuerdo haber escuchado [la canción de Conriquez] ‘El Buho’ y pensé, ‘¿Quién es este?’ Miré los créditos de la canción y era Kartel Music. Nunca había oído hablar de ellos”, dice Tapia. “Tenían un número de teléfono en su página de Instagram, así que simplemente llamé y Leo contestó y le dije que estaba interesado en distribuir su música en todo el mundo. Eso llevó a una relación laboral muy larga”.

Mientras que Downtown no distribuye exclusivamente la música de Conriquez — Kartel prefiere trabajar con múltiples distribuidores para poder construir relaciones — la compañía sí distribuyó Corridos Bélicos, Vol. IV de Conriquez, su álbum más grande hasta la fecha.

“Luis está en un espacio único porque llegó justo antes del gran auge”, dice Tapia. “Está entre dos espacios, donde no es parte de la nueva ola y atiende a un público más viejo pero también atrae a los oyentes jóvenes debido a todas las colaboraciones que ha hecho con Eslabon Armado, Junior H y Peso Pluma”.

“Creo que ambos compartimos el pensamiento de que colaborar juntos ayuda a llevar nuestra música y cultura mexicana aún más lejos”, dice Peso sobre Conriquez. “Establecer [él] ese estándar desde el principio ayudó a elevar nuestra bandera a donde está ahora y continuará ayudándonos a crecer aún más”.

Después de un aumento en los streams de “El Buho” y su segundo gran éxito, “Me metí en el ruedo”, Conriquez comenzó a actuar en pequeños shows en Tijuana, Mexicali y otras ciudades mexicanas. Hoy, está agotando fechas consecutivas en lugares como el Auditorio Telmex de Guadalajara, que tiene capacidad para más de 11.000 personas. Su carrera de giras en Estados Unidos y el extranjero también ha despegado. Más adelante este año, actuará en lugares como el Allstate Arena de Chicago, con capacidad para 18.000 personas, y llevará su Trakas World Tour a Colombia en noviembre.

Un día, espera actuar en España y Canadá. “Ya no son retos, ya son metas”, dice, asintiendo con la cabeza hacia el nuevo atractivo global de la música mexicana. Mientras que las tendencias cambiantes, los subgéneros emergentes y una nueva generación de creadores de éxitos han sacudido la música mexicana en los últimos años, Conriquez confía en que mantendrá su relevancia. “Tienes que innovar también y sin perder tu esencia, pero tienes que subirte al tren. Por eso estamos vigentes”. Cantante de corridos de principio a fin, el año pasado incursionó en el reggaetón y el dembow, demostrando su versatilidad. “Si supiera hablar inglés, también estaría cantando en inglés”, bromea antes de agregar en un tono más serio: “Quería grabar en esos estilos porque soy fan. Es algo que se siente natural porque también crecí escuchando eso. Siempre se trata de adaptarse porque nunca se sabe en la música: un día estás aquí, y al día siguiente no”.


El video de la colaboración de Conriquez y Peso Pluma de 2022, “Siempre pendientes”, tiene más de 40 millones de vistas en YouTube. En él, ambos llevan rifles semiautomáticos mientras cuentan la historia de un soldado que trabaja para Joaquín “El Chapo” Guzmán, fundador del cártel de las drogas de Sinaloa. Pero poco después de su lanzamiento, el futuro del video en YouTube — junto con todo el canal de Kartel Music — estaba en juego. A medida que “Siempre pendientes” empezó a tomar impulso, el clip y el canal de Kartel desaparecieron de la plataforma.

“Estaba muy estricto todo lo de los corridos, estaba como más censurado todo [en los proveedores de servicios digitales]”, dice Conriquez. “Que te pase eso en un momento que tú sientes que vas bien, la neta sí te baja la moral. Tienes todo, pero luego te frenan y sí se desespera uno”. (YouTube no respondió a una solicitud de comentarios al momento de esta publicación).

Después de enviar algunos emails a YouTube, Kartel Music pudo recuperar el video y su canal en la plataforma. Pero Conriquez no es el primer artista — y probablemente no será el último — que enfrenta censura por cantar este tipo de canciones. Considerados durante mucho tiempo controvertidos, los corridos han sido prohibidos en presentaciones públicas en algunos estados mexicanos a medida que la violencia de los carteles en el país continúa aumentando.

“Este stigma sobre el regional mexicano ha sido muy fuerte, pero la música es un reflejo de lo que pasa todos los días en nuestro entorno”, dice Rafael Valle, director de programación de la emisora ​​de Guadalajara La Ke Buena. “Si dice un nombre o una sustancia o alguna palabra que no se permite decir en un medio como la radio, obviamente modificamos la canción, pero no es censurer porque eso sería no tocar esas canciones que la gente está pidiendo escuchar. Hoy en día te encuentras con canciones de reggaetón, escucha una canción de Bad Bunny y se tiene que modificar la canción. No es exclusivo del regional, pero es el mas estigmatizado”.

Luis R Conriquez photographed August 12, 2024 in Riverside, Calif.
Luis R Conriquez fotografiado el 12 de agosto de 2024 en Riverside, California.

En su show en Pico Rivera, los provocativos corridos bélicos de Conriquez son los que realmente animan al público, aunque sus temas de dembow y reggaetón también ponen a sus fans a perrear. “Mi show como que juega con tus sentimientos. Primero empiezas con corridos y te pones acelerado, luego una romántica y te pones enamorado, luego una dolida para que te acuerdes del ex, y te ponemos un dembow para ponerte a bailar y un reggaetón para perrear. Trato de darle de todo a la gente”.

Planea seguir haciendo precisamente eso, y al mismo tiempo inspirar a una nueva generación de cantantes y compositores regionales mexicanos. “Les doy consejos. Les digo, ‘Graben, no sean huevones, pónganse a grabar, colaboren para que su carrera crezca y tenga valor lo que están haciendo’”, dice Conriquez. “Les digo porque creo en ellos. La verdad la vida ha sido muy buena conmigo. Todo lo que he querido lo he tenido a base de esfuerzo. Muchos dependen de mí y tengo que seguir trabajando”.

Billboard Cover, Luis R Conriquez, Rumbazo

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