Carín León es pura dinamita durante parada de su gira Boca Chueca en Chicago

Carín León tiene un magnetismo que captura tu atención al instante, y su primera fecha de la gira Boca Chueca en el United Center de Chicago el jueves (19 de septiembre) fue un recordatorio de lo dinámico que puede ser el exitoso artista mexicano. Justo antes de las 9 p.m., León, vestido con jeans, camiseta, su sombrero característico y botas vaqueras, subió al escenario, que dominó por más de dos horas, honrando el pasado, el presente y el futuro de la música mexicana y más.

“Hoy dejamos atrás las penas”, dijo a una multitud multigeneracional que reflejaba la estética vaquera del artista. Pero estaba claro que las penas eventualmente se colarían de nuevo en algún momento del show, ya que León es uno de esos artistas que no puede evitar emocionarse, especialmente cuando canta algunas de sus canciones más sentidas, de esas que pueden reparar corazones rotos.

Estés listo o no, León te lleva en una montaña rusa, captando a la perfección lo matizada que puede llegar a ser la música regional mexicana. “Los géneros ya no existen. Las fronteras ya no existen”, declaró. León está entre una nueva generación de artistas de música mexicana que claramente han desafiado las expectativas que han perseguido a los artistas regionales mexicanos durante décadas, limitándolos hasta cierto punto.

León, por el contrario, es bastante ilimitado y su lista de canciones es una declaración de liberación. Con una robusta banda en vivo que se adaptó rápidamente de banda a norteño, rock y country, por supuesto interpretó favoritas de los fans como “Te lo agradezco”, “Según quién”, “The One (Pero no como yo)”, “Que vuelvas”, “La boda del huitlacoche”, “No es por acá” y “Primera cita”.

Y también rindió homenaje a los artistas que lo han influenciado a lo largo del camino, incluyendo “Te quiero” de Hombres G, “Tatuajes” de Joan Sebastian, “La niña fresa” de Banda Zeta, “Ramito de violetas” de Mi Banda El Mexicano, “Don’t Stop Believin’” de Journey, “Have You Ever Seen The Rain” de Creedence Clearwater Revival, y “La noche en que Chicago se murió” de Banda Toro.

Su versatilidad, que exhibió completamente durante el espectáculo, es lo que ha hecho que León se destaque en el abarrotado campo de la nueva ola de artistas de música mexicana desde que el género tuvo un gran avance hace casi cinco años. Eso y sus contagiosos pasos de cumbia y zapateado. Desde entonces, León solo ha cimentado su estatus como uno de los artistas más emocionantes de esta generación.

“Que viva la música regional mexicana, la música latina, que viva la música americana”, dijo. “Al final del día, la música es lo que nos ha reunido aquí esta noche”. Para ese momento, León, luciendo una camiseta de los Chicago Bulls, ya había bebido algunas cervezas y había vaciado una botella de tequila Clase Azul, de la cual tomó directamente mientras compartía con sus fans. Durante el espectáculo, le pasó la botella a alguien de su equipo para que pudiera servir tequila en los vasos de los fans.

“Qué rifados, Chicago”, dijo, notando el entusiasmo de la multitud. “Gracias por siempre estar ahí para mí”.

Los conciertos consecutivos de León en Chicago llegan tras sus cuatro nominaciones al Latin Grammy, incluyendo a álbum del año por Boca Chueca, Vol. 1. Producida por CMN y AEG, la gira continúa con paradas en Washington, Nueva York, Austin y Nashville.