Camilo nos da un tour exclusivo de su Taller Creativo: Mira el video

Hay un pequeño espacio debajo de la escalera del Taller Creativo de Camilo, que él llama Refugio de Índigo y Amaranto. Es una especie de escondite improvisado para que jueguen su hija Índigo y Amaranto, que pronto nacerá.

Pero cuando Índigo no está, Camilo se mete allí con su guitarra, su microfonito, su computadora portátil y su lamparita, y escribe canciones. Así nació “Canción de amor para la pulga”, su apodo cariñoso para Evaluna, la menuda esposa y musa de Camilo.

“Es una de las canciones más importantes del álbum”, dice la estrella colombiana, refiriéndose a Cuatro, su álbum lanzado a finales del mes pasado que reúne cuatro EPs lanzados en rápida sucesión en los últimos tres meses. Camilo, descalzo, se ha agachado para levantar la puerta plegable de este pequeño escondite, uno de los muchos rincones inesperados y a menudo maravillosos para explorar en su nuevo espacio creativo, simplemente llamado El Taller Creativo.

Ubicado en el barrio Little Haiti de Miami detrás de un jardín circundante y una pequeña cascada, el espacio amplio tipo hangar ha sido adaptado y organizado para servir muchos propósitos diferentes, todos ejecutados con esmero y con detalles acogedores. Y aunque hay secciones del Taller Creativo que pueden verse un poco caóticas o desordenados, no se confundan: Aquí reina el orden.

El mes pasado, Camilo llevó a Billboard en un recorrido exclusivo por el espacio, donde nos hizo un cortadito delicioso, y nos mostró cada detalle como solo él puede hacerlo.

Está la fecha en que Camilo recibió las llaves del taller, el 5 de diciembre de 2023, cuidadosamente escrita en tiza blanca en una viga de madera en lo alto; cortinas de techo a piso pintadas de azul y blanco, como el cielo, el esquema de colores de la mayoría de sus videos recientes; las paredes de plexiglas detrás de la cortina, que permiten que la grabación de sonido tenga lugar aquí; una máquina de escribir manual que sirve como el registro oficial de visitantes del taller; una mesa de comedor que sirve como punto de encuentro y “centro operativo” para el personal y los productores de Camilo; el estudio que no solo alberga equipos de grabación, sino docenas y docenas de instrumentos, cada uno con un nombre propio.

Camilo había soñado desde hace mucho tiempo con tener su propio espacio creativo. “Los espacios físicos afectan lo creativo. Todo interviene”, dice. “Yo no sé si es porque tengo la frustración de que de chiquito, el andar rentando las cosas para uno usar a mí me generó la necesidad de qué pasa si esa luz es mía. No poseer sino tener autonomía en las cosa que tengo. Es diferente”.

Dentro de El Taller Creativo, Camilo hace lo que quiere, cuando quiere. Puede llegar temprano y salir tarde, tomar una siesta en la hamaca, trabajar con sus headphones mientras Índigo duerme, filmar sus videos y grabar su música. Sus padres, que viven a dos cuadras de distancia, a menudo pasan por allí y traen almuerzo colombiano. En cuanto a la producción creativa, está fluyendo.

En solo seis meses desde que abrió por primera vez la puerta de El Taller, lanzó sus cuatro EPs: Un, Dos, Tres y Cuatro, “la primera obra creativa que sale del taller”, dice. “Me soñaba con eso; que fuera desde la primera idea concebida hasta el último cierre del master y los videos hecho por nosotros, a mano, artesanalmente en El Taller Creativo”.

Sigue el recorrido completo de Camilo con nosotros en el video arriba.