Bad Bunny celebra el final de su Most Wanted Tour con tres shows sold-out en Puerto Rico
Bad Bunny ofrece un show espectacular en cualquier escenario, pero nada como ver a la megaestrella en su hogar, Puerto Rico, actuando para sus seguidores más fieles. Tras concluir su Most Wanted Tour por Estados Unidos, Benito llevó el espectáculo al Coliseo de Puerto Rico en San Juan. Los tres conciertos, incluido el último el domingo (9 de junio) por la noche, se agotaron
Benito consintió a los locales con un evento extra especial, lleno de apariciones de invitados y elementos específicos de su ciudad natal que no se vieron en otros lugares.
De manera más contundente, abrió con un videomontaje creado específicamente para los shows de este fin de semana en el que reflexionó sobre la emoción de las fechas anteriores de la gira, pero dejó claro que actuar en casa es algo incomparable. Nadie apreciará su trabajo más que sus compatriotas puertorriqueños en el archipiélago, dijo, y agregó que, si has visto a Bad Bunny actuar pero no lo has visto en Puerto Rico, entonces realmente no lo has visto en absoluto.
En los conciertos del viernes, sábado y domingo, una orquesta juvenil clásica dirigida por el músico colombiano Carlitos López fue tanto el acto de apertura como la banda en vivo. La orquesta había tenido una participación importante de las fechas en Estados Unidos; sin embargo, este fin de semana, el primer acto fue diferente. Abrió con “La Borinqueña”, el himno oficial de Puerto Rico, despertando de inmediato el interés de la multitud, que pasó del bullicio previo al concierto a formar un hermoso coro.
Centrado en su último álbum, Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana, las fechas en Estados Unidos contaron con dos escenarios en extremos opuestos y una pasarela móvil que descendía desde arriba. Y la configuración en el Coliseo fue la misma.
Cuando el video se fue a negro, la orquesta comenzó tres oberturas con inspiración western, estableciendo un tono sombrío y solitario antes de pasar a “Nadie Sabe”. La apertura orquestal y el acompañamiento subsiguiente aportaron una cohesión bastante genial y satisfactoria; la banda sonora de un vaquero solitario se combina con la soledad de la fama que Bad Bunny explora en la letra de la canción.
Cuando Bad Bunny emergió, rodeado de niebla, de una apertura oculta en uno de los escenarios, la multitud rugió vigorosamente. El cantante mantuvo un semblante estoico acorde con la canción, aunque al final se encorvó sobre su brillante micrófono plateado mientras los fanáticos gritaban “¡Benito, Benito!”
El coliseo retumbó cuando “Monaco” comenzó, y paró, y Bad Bunny se tomó un largo momento para mirar el enorme recinto a su alrededor. No sonrió, pero parecía contento. Asintió como reconociendo el amor que irradiaba desde todas direcciones.
Luego vinieron las apariciones de invitados. Primero se le unió Young Miko para “Fina”, saltando por el escenario entre bailarines con un gran lazo negro adornando su larga cabellera rubia. Luego vino Mora para “Hibiki”, y más tarde Yovngchimi para “Mercedes Carota” y Bryant Myers para “Seda”. Benito redujo ahí la velocidad del espectáculo para dar a sus fans una charla motivacional con las luces apagadas sobre ser completamente uno mismo, independientemente del odio o la admiración que recibas.
Al mudarse al escenario opuesto, Luar La L lo acompañó para “Teléfono nuevo”. Poco después, dos luchadores de lucha libre aparecieron en el otro escenario. Fue un método de distracción extrañamente maravilloso, mientras Eladio Carrión se unía a Bad Bunny en la pasarela para interpretar algunas de sus colaboraciones.
Otro segmento del Most Wanted Tour se sintió como un piano bar, con solo un pianista acompañando a Benito mientras éste repasaba éxitos de su creciente discografía. Se mostró especialmente juguetón con este elemento el domingo, haciendo adivinar qué canción era a los fans. El pianista tocaba unas cuantas notas, él cantaba, luego se detenía — ¿Conocían los fanáticos la canción? Por supuesto, no fallaron una. Aparentemente improvisó mucho, ya que eventualmente el pianista dejó de tocar y solo era Bad Bunny cantando unas pocas barras antes de, nuevamente, verificar si el público conocía el tema. El juego parecía deleitarlo. Aquí sí sonrió bastante.
En otro momento especial para Puerto Rico, se reveló la identidad de la pianista. Había estado enmascarada en cada espectáculo desde el inicio del Most Wanted Tour, pero se quitó la capucha al final del set mientras Benito la presentaba a la multitud como Tiffany Román.
Más tarde, De La Ghetto subió al escenario para “Acho PR”. Luego Arcángel se unió para varios temas, enloqueciendo a la multitud. Músicos de bomba puestorriqueña también participaron, con cabezudos usando la máscara que también llevaba Bad Bunny en los visuales, así como el músico de la orquesta y la pianista.
Existe una razón para la abundancia de estrellas invitadas en Puerto Rico, por supuesto. Es logísticamente más fácil para estos artistas aparecer en concierto junto a Bad Bunny cuando él está tocando donde todos están basados. Aún así, es un regalo que los asistentes al concierto simplemente no pueden obtener en ningún otro lugar.
En total, los shows en Puerto Rico duraron aproximadamente una hora más que los de Estados Unidos. Llámalo trato preferencial, y tendrías razón, pero eso no significa que esté mal. Los fanáticos de su ciudad natal son la razón por la que Bad Bunny es quien es hoy, y son para siempre su fundamento. Se merecen lo mejor, y es hermoso que Bad Bunny nunca lo olvide.