Las Artistas Pop Más Grandes del Siglo XXI de Billboard: No. 23 — Bad Bunny

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Las Artistas Pop Más Grandes del Siglo XXI de Billboard: No. 23 — Bad Bunny

Con el primer cuarto del siglo XXI por llegar a su fin, en Billboard dedicamos estos meses a retratar las selecciones de nuestro personal de las 25 estrellas pop más grandes de los últimos 25 años. Ya hemos nombrado nuestras Menciones Honoríficas y nuestras estrellas No. 25 y No. 24, y ahora recordamos los logros de Bad Bunny, quien pasó de ser un fenómeno del trap latino a una superpotencia que conquistó el mundo y transformó lo que significa ser una estrella pop en Estados Unidos y más allá.

Es fácil olvidar en 2024 lo inusual que era el concepto de una estrella pop de lengua extranjera en Estados Unidos hace tan solo una década. Aunque el pop latino disfrutó de un gran crossover a principios de siglo, y el reggaetón se convirtió en una fuerza global a mediados de los 2000, los únicos artistas que podían dominar regularmente el mainstream estadounidense eran aquellos que cantaban en inglés (o colaboraban con creadores de éxitos de habla inglesa). Daddy Yankee fue tan legendario como podía serlo un artista de reggaetón del siglo XXI — su álbum de despedida en 2022 se llamó Legendaddy — pero su éxito insignia, el tema completamente en español “Gasolina”, solo alcanzó el puesto No. 32 en el Billboard Hot 100 en 2005. Incluso su histórica colaboración con Luis Fonsi “Despacito”, que conquistó los charts, necesitó de un remix con Justin Bieber para llegar a la cima del Hot 100 en 2017, y desde entonces, ni Fonsi ni Yankee han vuelto a estar en el top 20 de la lista.

Y entonces vino Bad Bunny. El artista puertorriqueño, nacido Benito Antonio Martínez Ocasio, no transformó la música pop mundial de la noche a la mañana, pero a lo largo de su ascenso de seis años hacia el dominio, se infiltró en el mainstream como ningún otro artista de habla hispana — o realmente como ningún otro artista de lengua extranjera de ningún tipo — lo había hecho antes. Eso se debe a que Bad Bunny no solo se estableció como uno de los creadores de éxitos más confiables del planeta (y específicamente en Estados Unidos), sino que también se convirtió en uno de los rostros y personalidades más reconocibles de la cultura pop en general, y lo logró aparentemente sin hacer ningún tipo de concesiones artísticas: ni a la radio, ni a las tendencias, y ciertamente no al mundo angloparlante.

Bad Bunny se dio a conocer en 2016, cuando su sencillo “Diles” — lanzado en SoundCloud mientras todavía trabajaba como empacador en un supermercado — atrajo suficiente atención viral como para conseguirle un contrato con las discográficas Hear This Music y Rimas Entertainment y un remix con reggaetoneros ya establecidos como Farruko, Arcángel y Ñengo Flow (y con otro astro en ascenso, Ozuna). La canción no tuvo mucho impacto en los charts, pero se convirtió en un éxito de streaming de efecto lento. Más tarde ese año, Bad Bunny lanzó “Soy peor”, que pasó a ser su primer éxito completamente en solitario cuando alcanzó el No. 19 en la lista Hot Latin Songs en septiembre de 2017, estableciéndolo como una voz líder en la creciente escena del trap latino.

A lo largo del siguiente año, Bad Bunny también se convertiría en una presencia constante en el Hot 100, apareciendo en éxitos junto a Becky G (“Mayores”) y Enrique Iglesias (“El baño”), al tiempo que aportaba su creciente poder de estrella a temas como “Krippy Kush” y “Te boté”, el último de los cuales de dio su primera entrada en el top 40 de la lista. Si bien Bad Bunny fue solo uno de los muchos artistas en las últimas dos canciones, con un total de 10 nombres acreditados entre ellas, se destacó por su voz distintiva —un tono congestionado pero suave que también hizo que su emblemático sello (“¡Bad Bunny, bay-beh!“) fuera inolvidable— y su impecable estilo para la moda, una mezcla no convencional de lo extravagante y lo básico que siempre parecía situarse dentro del ámbito de lo eternamente cool.

Todo esto llevó a su aparición en 2018 en el tema “I Like It” de la rapera estadounidense Cardi B, uno de los grandes momentos de creación de estrellas pop del siglo XXI. Aunque Bad Bunny aún no tenía el reconocimiento de Cardi ni del reggaetonero invitado J Balvin — quien recientemente había conseguido un éxito masivo en Estados Unidos gracias a su colaboración con Willy William “Mi gente”, consiguiendo incluso que Beyoncé grabara el remix de la canción— su verso se robó el show desde su canto inicial, “chambea, chambea”. Con gafas de sol estilo cat-eye y una camiseta del Clásico Mundial de Béisbol de Puerto Rico en el enormemente popular video musical de la canción, Ocasio ya parecía un ícono en formación. El tema alcanzó el No. 1 del Billboard Hot 100, y puso todos los ojos del mundo sobre Bad Bunny.

El éxito de “I Like It” no tardó en reflejarse en su carrera como protagonista. Solo unos meses después, regresó con “MIA”, que contó con un verso de quizás el único creador de éxitos con más influencia que Cardi B en 2018: Drake, quien ese año pasó un total de 29 semanas en la cima del Hot 100 con los sencillos de Scorpion “God’s Plan”, “Nice for What” e “In My Feelings”. Y el superastro canadiense del rap no solo cantó en el nuevo sencillo de Bad Bunny, sino que lo hizo en español, demostrando la temprana influencia de Benito para atraer a su territorio al mundo del pop anglo. “MIA” fue otro enorme éxito para Bad Bunny, alcanzando el No. 5 en el Hot 100 y perdurando lo suficiente como para terminar como el sencillo No. 1 en la lista de fin de año Hot Latin Songs de 2019.

Sorprendentemente, el ascenso de Bad Bunny a la fama ocurrió incluso antes de que lanzara su álbum debut. Eso llegó a finales de 2018, con X 100pre. En lugar de sacar provecho de sus dos años de éxitos y colaboraciones con artistas de renombre hasta ese momento, el álbum debut de Bad Bunny solo incluyó un par de sencillos previamente lanzados y tan solo unos pocos invitados, con “MIA” al final como un bonus track. El álbum recibió críticas entusiastas y alcanzó el No. 11 en el Billboard 200, permaneciendo en la lista bien entrada la década siguiente para un total de 177 semanas en la clasificación, y confirmando que Bad Bunny era mucho más que solo un cantante de sencillos.

Bad Bunny
Bad Bunny
Bad Bunny
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En junio de 2019, mientras seguía cosechando los frutos de X 100pre, lanzando más éxitos junto a los hitmakers Tainy (“Callaíta”), Lunay (“Soltera”) y Jhayco (“No me conoces”), y tomándose un descanso entre las etapas de su primera gira por arenas, Bad Bunny electrificaría aún más a su audiencia global al reunirse nuevamente con su colaborador de “I Like It”, J Balvin, para el EP Oasis. A pesar de tener solo ocho pistas, el conjunto entró tanto en el top 10 del Billboard 200, como en el top 10 de la lista de álbumes del año curada por el personal de Billboard para 2019. Quizás lo más importante, mientras Bad Bunny era apenas un año antes la estrella menor en “I Like It”, para el momento de Oasis él y Balvin estaban claramente en igualdad de condiciones como los dos principales creadores de éxitos de reggaetón y trap latino.

Pero mientras que la estrella de Balvin se desvanecía un poco conforme la década avanzaba, la de Bad Bunny solo brillaba más. Solo en el 2020, lanzó un trío de álbumes: YHLQMDLG (abreviatura de Yo Hago Lo Que Me Da La Gana) en febrero, la compilación de descartes Las Que No Iban a Salir en mayo, y El Último Tour del Mundo en noviembre, que continuaron expandiendo su sonido y su perfil global, generando críticas entusiastas (incluso de muchos oyentes y publicaciones que tradicionalmente no habían mostrado interés en el pop latino o el reggaetón). Los lanzamientos de sus álbumes se convirtieron eventos, aún más porque empezó a programarlos en torno a fechas importantes (X 100pre en Nochebuena, YHLQMDLG un 29 de febrero (año bisiesto) El Último el Día de Acción de Gracias, etc.) Además, en diciembre, El Último hizo historia al debutar en el No. 1 del Billboard 200, marcando no solo la primera aparición de Bad Bunny en la cima de la lista, sino también el primer álbum completamente en español en alcanzar el No. 1 en los entonces 64 años de existencia del chart.

En 2021, Bad Bunny pasó de ser un creador de éxitos a una celebridad ineludible. Consiguió un breve cameo en F9, la última entrega de la exitosa serie de películas Fast & Furious, y comenzó a aparecer en comerciales para Cheetos y Corona, en este último en una interacción bilingüe con el ícono del rap estadounidense Snoop Dogg. De manera más inesperada, lanzó una carrera en la lucha libre, inicialmente solo interpretando su tema de lucha “Booker T” en el Royal Rumble, luego subiéndose él mismo al cuadrilátero solo y como parte de un equipo con el también puertorriqueño Damien Priest. También utilizó su nueva influencia en la industria para facilitar los regresos de algunos de sus creadores de éxitos favoritos de antaño, reclutando a Aventura para “Volví” y coescribiendo y coproduciendo El Playlist de Anoche con Tommy Torres, dándole a cada uno su momento más destacado en años, si no décadas.

Bad Bunny
Bad Bunny

Pero por mucho que Bad Bunny logró en los primeros cinco años de su carrera, todo eso fue solo el preludio para el 2022. Ese mayo, lanzó Un Verano Sin Ti — 23 canciones, todas nuevamente en español, sin invitados importantes de habla inglesa, y con solo “Callaíta” habiendo sido lanzada previamente. Al igual que El Último, debutó en la cima del Billboard 200 — pero a diferencia de Último, se mantuvo allí, pasando 13 semanas en el No. 1, mientras una decena de sus pistas poblaban el Hot 100 a lo largo de ese verano. Aunque ningún sencillo del álbum fue lo suficientemente grande como para llevar a Verano a la conciencia general por sí solo, el lanzamiento fue tan variado en sonido — desde la sublime “Neverita” hasta la potente “Tití me preguntó” y la fiestera “Después de la playa” — pero tan coherente en general, que distintas canciones se destacaron en diferentes momentos y resonaron con diferentes audiencias. Terminó el 2022 como el álbum No. 1 tanto en la lista de fin de año del Billboard 200 como en la lista de álbumes del año curada por Billboard, y también le valió a Bad Bunny su primera nominación al Grammy al álbum del año.

Entre 2022 y 2023, su visibilidad en Estados Unidos dio un paso más: actuó junto a Brad Pitt en la película de acción Bullet Train (donde tuvo una gran escena de lucha), hizo doble trabajo como presentador e invitado musical en Saturday Night Live, y dominó los Premios MTV a los Videos Musicales 2022, presentándose a distancia desde el Yankee Stadium — donde tocaba como parte de su gira trotamundos World’s Hottest Tour — y ganando el premio al artista del año. (También fue noticia por besar a un bailarín durante esa actuación, demostrando una alianza que lo ha convertido en un icono de la comunidad LGBTQ, algo poco habitual en los artistas de trap y reggaetón). También comenzó a salir con la superinfluencer estadounidense Kendall Jenner, noticia que fue recibida con cierta aprehensión por su base de fans, pero que lo consolidó como una figura habitual en los tabloides y como la mitad de una de las parejas poderosas más destacadas de la cultura pop de la década del 2020. Antes de que terminara 2023, incluso lanzó otro álbum, Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana, que también debutó en la cima del Billboard 200, aunque sin la misma aclamación entusiasta o permanencia de Un Verano.

En 2024, Bad Bunny se posiciona simplemente como una de las mayores influencias culturales en la música. La lista de elogios y logros que ha acumulado en su carrera hasta este punto es impresionante, pero su verdadero legado puede ser simplemente demostrar que puedes ser la estrella pop más grande del mundo — y él lo fue para nosotros en 2022 — sin comprometer tu música, tu imagen o tu idioma para el mercado estadounidense. Cuando Bad Bunny se levanta para recibir un premio esta década y lo acepta completamente en español, lo hace sin disculpas ni vacilaciones, y nadie ni siquiera parpadea. Ahora, es fácil ver a artistas como Karol G o Peso Pluma atravesar algunas de las puertas que él ha abierto. Y ese es el poder de Bad Bunny: ser un superastro tan obvio y abarcador que olvidas cuánto tiempo — y hasta cuán recientemente — esas puertas habían estado cerradas.

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