Karol G cuenta cómo se prepara para sus giras de estadio: Estar en el escenario es mi ‘happiest place’

Cuando Karol G decidió hacer su gira de estadios, recuerda que alguien le preguntó: “¿Vas a hacer estadios? Beyonce hace estadios. Taylor Swift hace estadios. ¿Estás lista? Y yo dije, ‘No. Yo hoy no estoy lista. Pero yo voy a estar lista porque depende de mí’”.

Seis meses después, Karol estaba sobre el escenario, un logro fenomenalmente rápido, y fenomenalmente exitoso. Ahora, cierra el año como la artista latina más taquillera del 2023, según Billboard Boxscore, y como la artista de portada de fin de año de Billboard y Billboard Español.

Claro, querer hacer estadios y hacerlos son dos cosas muy diferentes. Para Karol, empieza con amor por el arte.

“Para mí estar en el escenario es como my happiest place”, dice. “Uno no siempre se sube a un show feliz con la vida perfecta […] Pero cuando yo salgo […] no hay nada que esa energía que está en ese lugar no pueda curar. Es como religioso, por decirlo así”.

Por supuesto, tocar estadios es muy diferente de tocar arenas, como Karol hizo en el 2022. Para prepararse, lo más importante fue tomar la decisión.

“Fue algo supremamente discutido en el equipo”, dice. “Yo venía de hacer la gira Bichota Tour, un año después $trip Love Tour, y un año después la gira de estadios back to back. Todo el mundo decía, ‘Karo, hay que dejar a la gente respirar’. Pero ese álbum (Mañana Será Bonito) siento que como que se le metió a la gente por el cuerpo, por las venas, y llegó ahí. Yo nunca había sentido tanto amor de la gente hacia mí que con ese álbum”.

Tocar Mañana en vivo se convirtió en una misión. El primer paso, dice Karol, fue “demostrarme que estaba lista para hacer una gira de estadios. Tenía la presión de que al tiempo íbamos a estar con Beyonce y Taylor Swift haciendo un tour. Entonces como que Karol G no se viera la que, ‘¿por qué está haciendo una gira de estadios?’. Fue como un reto personal grandísimo”.

Ponerse en forma fue importante. “No verme bonita, sino estar en forma porque son dos horas y 45 minutos cantando y bailando en un lugar que es cinco o seis veces más grande de lo que estás acostumbrado”.

Por razones de salud, Karol había cambiado su régimen alimenticio. Esto, sumado a una rutina más estricta de ejercicios y cardio, trajo cambios.

“Yo venía toda la vida haciendo ejercicio, mis músculos estaban acostumbrados. Y claro, yo veía los cambios y quería meterle más”, dice Karol.

Sin embargo, continúa, el reto más grande fue lograr que Mañana Será Bonito, y Mañana Será Bonito (Bichota Season) — dos álbumes muy diferentes — coexistieran en un mismo show.

“Porque eran dos mundos que para mí eran completamente aparte”, dice. “Entonces decidí contar la historia en un libro que es como abre el show. Hice un minilibro donde yo expresé todo. Se lo entregué a [el diseñador del show] y dije, ‘esta es mi historia. Es el libro de Carolina, que quiero que sea una sirena’”.

Ir a un show de Karol G es un poco como una experiencia religiosa. Múltiples generaciones se unen en una experiencia colectiva de liberación que empieza horas, a veces días antes de un show, donde los fans deciden qué ponerse, qué peluca comprar, que carteles llevar para atraer la atención. En sus shows, Karol siempre interactúa con ellos, a veces dejando de bailar para tomarse fotos o dar un beso.

“[Después del show] pongo ‘Summer Sadness’ de Lana del Rey y estoy así tirada en la cama con las lágrimas pensando en lo increíble que son los shows. Y mi conclusión ha sido que es algo como energético. Yo diría que si alguien pudiera apagar la luz y la energía se viera, sería como una cosa que irradiaría impresionante. Lo lindo de mis shows es que la gente va como con una intención de sanar. La gente va con unas intenciones como tan bonitas que cuando yo salgo, obviamente yo soy el centro, todo está hacia mí. Y yo estoy, así como una batería — bububububu — como recargándome, llenándome, llenándome. A veces yo lloro un montón, y trato de no hacerlo, […] pero mi corazón como que no aguanta”.

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