Cómo la ‘increíble’ historia de ‘Emilia Pérez’ se volvió ‘creíble’ a través de sus números musicales
En Emilia Pérez, el director francés Jacques Audiard presenta audazmente la historia del jefe del cartel Manitas del Monte, que decide retirarse del negocio y someterse a una cirugía de reasignación de género para convertirse en el personaje principal. Sumándose a la singularidad de la trama de la película, Audiard cuenta la historia a través de números musicales tan eclécticos y desafiantes como el drama mismo.
La película de dos horas, protagonizada por Zoe Saldaña (Rita), Selena Gomez (Jessi) y la estrella revelación Karla Sofía Gascón (Manitas del Monte/Emilia), es musicalmente diversa, con números musicales de rock, pop y rap — todos cantados en español — que se entrelazan con el guion para capturar la evolución y transformación de las mujeres mencionadas, quienes están intrínsecamente involucradas en las vidas de las otras.
Manitas primero contrata a la feroz abogada Rita para ayudarla a facilitar su cirugía y, años después, la vuelve a contratar para ayudarla a reunirse con su esposa Jessi, una mujer de corazón rebelde. A lo largo de la película, las tres tienen números musicales convincentes que aportan información sobre sus luchas independientes como mujeres en un país caótico como México, plagado de narcoviolencia, machismo y corrupción.
“El objetivo era que la música y las canciones estuvieran vinculadas a la historia y lidiaran con emociones”, dice a Billboard el compositor Clément Ducol, quien junto con la cantautora Camille creó la partitura del musical. “Que no fuera solo la música la que reflejara la historia, sino que la música fuera la historia”.
El dúo de compositores franceses participó en el proyecto desde antes de que estuviera terminado el guion. Lo que inicialmente recibieron de Audiard fue un tratamiento de 20 páginas y quedaron enganchados de inmediato. “Me gusta el trabajo [de Audiard] porque es muy crudo y sabía que iba a ser interesante trabajar y cantar en este proyecto”, dice Camille. “Sabía que buscaría algo muy natural y rompería los códigos de un musical. Creí en Emilia Pérez desde el principio”.
Todas las canciones fueron escritas en español con la ayuda de asesores lingüísticos, incluidos Karla Avilés e Ignacio Chávez. “Realmente me ayudaron a comprender las referencias y particularidades culturales”, añade Camille.
A continuación, Ducol y Camille hablan con Billboard sobre la música detrás de Emilia Pérez, que ya está disponible en cines selectos de Estados Unidos y se estrenará el 13 de noviembre en Netflix.
¿Qué fue lo que los hizo querer ser parte de este proyecto?
Clément Ducol: Conocer a Jacques Audiard ya fue un acontecimiento porque es uno de los directores más conocidos de Francia. Cuando se me acercó con la idea de hacer un musical, fue increíble. Lo emocionante fue que Jacques nos invitó a ser parte desde el principio. En realidad, todavía no teníamos un guion, solo un tratamiento, como 20 páginas de una novela. Todo se construyó junto con las canciones.
Camille: Siempre me ha encantado el trabajo de Jacques porque es muy crudo y sabía que buscaría algo muy natural y rompería los códigos de un musical. Al leer el tratamiento, inmediatamente me pareció algo shakesperiano. Creí en Emilia Pérez desde el principio.
La música es en gran medida protagonista. ¿Cómo llegaron a esa visión y cómo fueron esas primeras conversaciones con el director?
Ducol: Leíamos el tratamiento y señalábamos escenas que podrían convertirse en canciones. El objetivo era que la música y las canciones estuvieran vinculadas a la historia y lidiaran con emociones. Que no fuera solo la música la que reflejara la historia, sino que la música fuera la historia. La música cambia junto con los personajes. Es una historia de emancipación, transformación y evolución, por lo que la música encarna todo eso.
Camille: Jacques viene con preguntas. No viene con ideas preconcebidas. Hemos estado con él cuestionando el guion, las canciones, la historia, los personajes. Fue como un proceso de ida y vuelta. Una canción como “Por casualidad” cambió tres veces no solo porque la canción no era lo suficientemente buena o necesitaba más profundidad o ser enriquecida, cambió porque el guion cambió para reflejar lo que estaba en juego en ese momento. Es un punto de inflexión en Londres cuando Emilia ha hecho su transición y Rita se ha convertido en una abogada muy conocida. Primero pensamos que la canción sería sobre ellos recordando estos años. Y luego pensamos que debería tratarse de Emilia presentándose como una nueva persona ante Rita. Y Jacques dijo que no, Rita tiene miedo en esta escena y necesitamos agregar suspenso a la canción. No son solo amigos poniéndose al día. Aquí es donde comienza su amistad. Hay muchas capas en esta canción.
Los números musicales son todos en español. ¿Cómo fue ese proceso de escribir las letras? ¿Escribieron primero en francés y luego tradujeron al español?
Camille: Yo escribí las letras de las canciones. A veces imaginaba la letra en francés, luego cambiaba al español muy rápidamente porque necesitaba escuchar cómo sonaba realmente. Como letrista, busco algo que suene bien y correctamente. Busco una canción que sea un deleite para los cantantes y el elenco, ya sea triste o alegre. Y para eso necesitaba cantar la letra yo misma. No tiene sentido escribir en francés y traducir. Tiene que ser en el idioma porque las letras hablan del país, de la realidad, de los paisajes, de la gente. Debemos decir que esta película trata sobre transición, el cambio de las mujeres, sobre México, la política y la compasión. Quiero mencionar a Karla Avilés, quien es mexicana y quien fue nuestra asesora de idiomas y realmente me ayudó a entender referencias y particularidades culturales. Ignacio Chávez también. Recibimos comentarios de ellos y realmente fueron precisos y justos.
La música es estilísticamente versátil, hay pop, rock, rap. ¿Cuál fue la inspiración para la música?
Ducol: La inspiración fue solo la historia y los personajes, fue un proceso muy intuitivo. No había ideas preexistentes sobre lo que se podía utilizar, no había estilos predeterminados. A Jacques le gusta decir que la música también es transgénero, no solo Emilia. A medida que la música cambia junto con la transformación de los personajes, obviamente hay muchos géneros diferentes.
Hay dos números musicales que me encantaría desglosar. Primero “El Mal” de Zoe Saldaña, donde ella rapea sobre la corrupción, y luego la música pasa a una canción de rock pesado. ¿Cómo crearon este número musical?
Ducol: A veces hubo muchos pasos porque teníamos un proceso de preproducción y Camille hacía las voces, a veces los diálogos. Luego conocimos a las actrices y ese fue un nuevo paso para nosotros. A veces las actrices nos daban los arreglos adecuados para la música. Cambió mucho. Para “El Mal” con Zoe ya existía ese tipo de rap, rock, ópera pero con un arreglo más electrónico. Y cuando Zoe cantó la canción, actuó y bailó, Jacques estaba en el estudio y dijo que necesitábamos algo más acústico y crudo. Rehicimos la canción con una banda de rock en vivo.
Camille: Tuvimos suerte de contar con Zoe porque tiene una voz súper rítmica y aguda. Ella es el personaje tal como la imaginamos. Es rapera, rockera, lo intenta todo y Zoe fue perfecta.
También está “Mi Camino” de Selena Gomez, quien parece como pez en el agua siendo una estrella del pop interpretando esta canción.
Ducol: Le habíamos escrito la escena del dormitorio, como si las paredes se convirtieran en una canción techno, algo muy punk. Teníamos otra canción aún más punk que ésta y muy rebelde. La primera era más bien como si quisiera rebelarse y la segunda era “Me estoy rebelando”. Aún no habíamos conocido a Selena en ese momento y cuando Jacques conoció a Selena nos dijo: “Desafortunadamente tenemos que escribir otra canción. Ayúdenme a encontrar la canción que cuente la historia de ella como mujer y no solo como actriz”. Fue un enfoque interesante. Él quería que ella fuera revelada.
Camille: Selena tiene esa cualidad. En su documental también lo vimos. No habla mucho de sí misma, pero se nota que tampoco se esconde. Ella no es sus vulnerabilidades y eso es muy inspirador para los compositores. Se pone muy disponible para el personaje, para el director y para nosotros. Ella escucha mucho lo que se necesita. Le dio esa cualidad natural que tiene, una voz muy redonda, suave y aterciopelada y profundizó el personaje. El personaje de Jessi al principio estaba un poco histérica, atrapada en su mundo, como una marioneta. Y Selena le dio algo maternal, algo central y ahora el personaje resalta mucho. En “Mi Camino”, ella ha salido de la cáscara, está enamorada, tiene autoestima y creo que Selena realmente se identifica con eso.
Algunos han calificado el musical como un narcocorrido. ¿Están de acuerdo con eso?
Camille: Creo que Jacques quería incorporarle música porque intuía que las canciones y la música harían creíble esta historia increíble. Como una ópera o un drama musical. La presentó más como una ópera porque es un cuento y cantar le permite a los personajes decir la verdad sobre sí mismos y la verdad sobre el mundo.
Ducol: No queríamos hacer música mexicana porque no somos mexicanos, necesitábamos estar muy conectados con la historia y los personajes, y no había una inspiración clara en los corridos mexicanos o la música folklórica. Para nosotros la identidad mexicana de la música está más en el lenguaje y en los sonidos distintivos de la Ciudad de México.
Camille: Nuestro objetivo como artistas no es decir que esto es lo que es. Cada uno tendrá su propia opinión o perspectiva.