Lenguaje de señas en Rock in Rio anima a público sordo de Brasil

Decenas de miles de brasileños se reunieron en el megafestival Rock in Rio en Río de Janeiro el viernes (20 de septiembre), muchos de ellos apostándose en el césped artificial durante todo el día para escuchar a la artista principal, Katy Perry. Cuando su música comenzó a sonar, las enormes pantallas a los lados del escenario mostraron a otra persona en sus esquinas inferiores: una intérprete de lenguaje de señas.

La mujer pelirroja — con un cinturón grueso de cadena y una gema entre las cejas — chasqueó los dedos y se balanceó, y entonces alzó los brazos a medida que el ritmo se intensificaba.

“Parece que estoy en el escenario con ella, frente a todos”, dijo luego la intérprete, Laísa Martins, a la Associated Press. Y cuando Katy Perry lanzó su primer verso, Martins comenzó a hacer señas.

Rock in Rio presentó intérpretes de lenguaje de señas en sus pantallas por primera vez en sus 40 años de historia. Es uno de los festivales más grandes de América Latina, atrayendo a 100.000 personas al día durante siete días, y el domingo era su último día.

Dentro de un contenedor detrás del escenario, los intérpretes hacen señas frente a una pantalla verde, con sus imágenes apareciendo sobre el escenario para asegurar que las personas sordas en la multitud puedan seguir lo que sucede. Los organizadores también invitan a docenas de personas sordas y sus acompañantes a un área VIP, justo al lado del escenario y lo suficientemente cerca de los altavoces para sentir la música pulsando a través de sus cuerpos.

Cómo una ley de 2015 ayudó a Brasil a comenzar a promover la accesibilidad

Los intérpretes han comenzado a aparecer en festivales y conciertos en todo Brasil en los últimos años. Su repentina ubicuidad deriva de la ambiciosa ley de inclusión de 2015 de Brasil que buscaba poner al país a la vanguardia mundial de la accesibilidad y, entre otras cosas, estableció que las personas con discapacidades tienen derecho a acceder a eventos culturales garantizando que los organizadores proporcionen medios para hacerlo.

Algunos intérpretes han atraído la atención por sí mismos con su estilo y vestimenta llamativa, ganando miles de seguidores en las redes sociales. La demanda de ellos ha aumentado tanto que muchos comienzan a trabajar antes de terminar su educación, dijo Lenildo Souza, presidente de la federación nacional de asociaciones de intérpretes de lenguaje de señas.

En Brasil, 2,3 millones de personas son parcial o completamente sordas, según el instituto nacional de estadísticas. Pero menos de dos tercios de los que son completamente sordos saben cómo usar el lenguaje de señas brasileño, y mucho menos entre aquellos con algo de audición. Esto se debe a que las personas optan por implantes cocleares, aprenden solo a leer los labios o se vuelven sordos más tarde en la vida, dijo Souza.

Como tal, los subtítulos podrían ser más efectivos para transmitir letras; la cantante colombiana Karol G cantó por momentos tan rápido el viernes por la noche, que Amorim, quien no habla el español con fluidez, no logró captar todas las letras. Pero Amorim dijo que los intérpretes transmiten más que solo letras de canciones, las cuales estudian intensamente antes del show. Bailan al ritmo y hacen gestos para transmitir la energía y la emoción de la música, ya sea euforia, rabia, misterio o sensualidad. Eso anima a la multitud, tanto sorda como oyente.

“Expresamos toda la idea de la canción con nuestras expresiones, con nuestro cuerpo. Queremos expresar todo el contexto musical y usar literalmente todo nuestro cuerpo”, dijo Amorim, cuya hermana mayor es sorda. “Nuestros pies están cortados [en la pantalla], pero durante las canciones de samba, estamos bailando samba. Es así”.

Poniendo a las personas sordas al frente

Rock in Rio ya es uno de los festivales más accesibles para personas sordas en el mundo, dijo Thiago Amaral, coordinador de pluralidad (coordinador de diversidad). Sin embargo, su equipo está trabajando para innovar, y las futuras ediciones podrían incluir plataformas vibrantes o un producto similar a los chalecos vibratorios que probaron el año pasado. Este año también fue el primero en que Rock in Rio ofreció auriculares con descripción de audio para aquellos con visión limitada.

Una de las personas sordas en Rock in Rio el viernes fue Henrique Miranda Martins, de 24 años. Toda su familia es aficionada a la música, especialmente a la samba: sus tíos tocan el cavaquinho de cuatro cuerdas y el pandeiro, un tambor de marco portátil, y siempre estuvo rodeado de música mientras crecía. Pero Martins puede escuchar poco por su oído derecho y nada por el izquierdo, por lo que nunca pudo conectar o participar completamente.

El año pasado, fue a su primer concierto con intérpretes de lenguaje de señas, de Coldplay, y ésta se convirtió en su banda favorita, incluso antes de su sencillo cuyo video oficial presenta a personas haciendo señas. Luego Martins fue al festival Lollapalooza en São Paulo. Y la semana pasada viajó desde São Paulo para festejar con sus padres en Rock in Rio.

Estaba muy emocionado de ver a la cantante brasileña Iza el viernes, y esperó para entrar en la sección especial junto al escenario. Iza comenzó a actuar, justo a su izquierda, pero él se posicionó en la dirección opuesta para verla en la pantalla con un intérprete en la esquina. Bailó e hizo señas siguiendo al intérprete, a menudo en sincronía.

“Puedo seguir al intérprete y estoy muy feliz de poder sentir la música y vivir esta experiencia”, dijo Martins, hablando a través de un intérprete. “Para las personas sordas, es muy importante. No podemos estar fuera de esto. Necesitamos estar adentro, con accesibilidad, junto con todos participando en todo. Estoy muy feliz”.

La cámara de Rock in Rio escaneando la multitud encontró a Martins vibrando y completamente interesado. Durante unos segundos, apareció en la pantalla grande y todos pudieron verlo sonriendo ampliamente, con la cabeza echada hacia atrás y agitando ambas manos en el aire — la seña de aplauso.