Bad Bunny, ‘SNL’ y la normalización del español en Estados Unidos
El hecho que Bad Bunny debutara en el No. 1 de la lista Billboard 200 por tercera vez consecutiva con Nadie Sabe Lo Que Va A Pasar Mañana no fue sorpresa para nadie. A estas alturas, la estrella puertorriqueña está firmemente anclada en la cultura popular, y ha entrado en ese club superexclusivo de artistas que (por lo menos en este momento) no pueden hacer nada malo, y cuya música exige consumo inmediato.
Pero, a diferencia de cualquier otro artista que ha llegado al No. 1 en el Billboard 200 —bueno, por lo menos hasta principios de este año— el logro de Bad Bunny trae consigo un hecho sin precedentes: solo canta en español, y logró su triple corona de No. 1 con álbumes completamente en español, algo que nadie había logrado hasta ahora.
Eso por sí solo es notable. Pero ver a Bad Bunny (o Benito, su nombre verdadero y el nombre que usa cada vez más públicamente, incluyendo en la portada de su nuevo álbum) como anfitrión de Saturday Night Live (SNL), hablando mayormente en español, llevó las cosas a un nivel completamente diferente. Gracias a un rapero de Vega Baja, Puerto Rico, la presencia latina en la cultura popular de Estados Unidos tiene un lugar de reconocimiento masivo nunca visto quizás desde I Love Lucy en los años 50. La gran diferencia es, I Love Lucy usó la comedia como un vehículo para “traducir” el inglés con acento cubano de Desi Arnaz, acompañado con bugalú.
En contraste, Bad Bunny no hace ningún intento por traducir o ceder cuando habla español como si fuera lo más normal del mundo. El sábado pasado (21 de octubre), durante su monólogo de apertura en SNL, no solo habló constantemente en inglés y en español, sino que también se refirió constantemente al idioma como un puente (“Estoy muy emocionado de estar aquí en Sábado Gigante”, dijo en chiste) y como una barrera (“La gente se preguntaba si podía ser anfitrión de este show porque el inglés es mi segundo idioma”.)
Es un punto importante. Mientras que Benito claramente ha mejorado su inglés, y fue perfectamente capaz de llevar adelante la noche, el hecho es que los artistas latinos por mucho tiempo fueron excluidos de eventos y programas importantes porque hablaban y cantaban solamente en español, porque no hablaban inglés suficientemente bien, y porque sus acentos latinos no eran tan aceptados como los acentos británicos o franceses, por ejemplo.
Esta sensación de seres extraños es problemática. Por ejemplo, en el 2013, cuando Marc Anthony –nacido y criado en Nueva York—cantó “God Bless America” en el juego All-Star del MLB, fue criticado duramente en Twitter, donde muchos dijeron que no era estadounidense, pese a su acento del Bronx.
Luego llegamos a agosto del 2017, hace solo seis años, cuando “Despacito” estaba en la cima de su popularidad después de pasar 16 semanas en el No. 1 del Billboard Hot 100. A pesar de tener el video más visto en la historia YouTube, no logró ni una sola nominación a los Premios MTV a los Videos Musicales, un hecho que los VMAs atribuyeron a una falta de comunicación y a detalles técnicos.
Sea lo que fuese, era lo normal para el momento. Ese mismo año, la Annenberg School of Communications de la Universidad del Sur de California (USC) publicó un reporte que encontró que, aunque los latinos comprendían el 18% de la población, la minoría más grande del país, solo representaban el 5,8% de los papeles con diálogo en el cine y la televisión. Dos años después, ese número bajó a 5%.
En cuanto a los Grammys, para el 2017 solo se habían visto tres números musicales en español desde que Ricky Martin hizo historia con “The Cup of Life” en 1999, cantando en inglés.
Incluso el Billboard Hot 100 es testigo de la exclusión de la música latina. Entre 2010 y 2016, solo 14 canciones predominantemente en español entraron al chart. En el 2017, el año de “Despacito,” el número subió a 19. Sin duda el éxito del tema de Luis Fonsi y Daddy Yankee abrió puertas a las oportunidades que existían para canciones bilingües o en español.
Desde entonces, el ascenso ha sido constante, con artistas latinos, y por extensión la música latina, logrando más y más momentos prominentes en grandes eventos, desde shows de televisión nocturnos hasta los Grammys (con Bad Bunny abriendo la ceremonia cantando completamente en español) y los VMAs en septiembre, donde Shakira recibió el premio Video Vanguard y cantó un medley bilingüe de éxitos que duró 10 minutos. Hasta ahora este año, casi 100 canciones en español han entrado al Hot 100, incluyendo todas las canciones del álbum nuevo de Bad Bunny.
Pareciera que el español, por lo menos, se ha normalizado en la cultura estadounidense, y que las caras latinas al fin son visibles, y que la cultura, por fin, no es vista solamente como pintoresca y extranjera, sino como parte de la fibra de este país. Es un punto de inflexión con el cual soñé como observadora de la cultura latina por más de dos décadas.
Hace años, cuando Bad Bunny debutó en el No. 1 del Billboard 200 en diciembre del 2020 con El Último Tour del Mundo, marcó la primera vez en la historia que un álbum solo en español había llegado a la cima del chart, que incluye todos los géneros. En ese entonces, era muy posible que ese suceso fuera solamente del momento y que no marcaría ninguna tendencia.
En el 2017, cuando entrevisté a Nicky Jam y J Balvin para una portada de Billboard, les pregunté específicamente sobre la manera que usaban el idioma en sus canciones. Sus respuestas reflejaron la realidad del momento.
“Si estás apuntado al mercado americano, tiene que ser en inglés”, dijo Nicky Jam. “No me imagino a un fan afroamericano de rap sentado en su carro diciendo, ‘¡Me encanta el rap de Nicky Jam! [en español]. Estoy siendo realista”.
Yo estuve de acuerdo. En mis años en la industria, nada me había demostrado que el mercado estaba preparado para recibir al español como un idioma dominante en la música.
Sin embargo, Balvin no estuvo de acuerdo.
“Creo que es posible tener un No. 1 en español, pero todavía no hemos llegado”, dijo. “Puede que tome unos años, pero a medida que las nuevas generaciones crezcan y se den cuenta que Estados Unidos no es el único lugar del planeta y el inglés no es el único idioma que vale [puede suceder]”.
Sus palabras fueron proféticas. Unos meses después de esa entrevista, “Despacito”, en su versión bilingüe con Justin Beiber, llegó al No. 1 del Hot 100, abriendo las puertas a las posibilidades de inversión y A&R en la música en español. Junto con el crecimiento global del consumo de la música en español, la música latina empezó a entrar a todos los charts. La semana pasada, 70 canciones habían entrado al Hot 100 en el 2023; esta semana, se le sumaron las 22 canciones del álbum nuevo de Bad Bunny.
Con razón, Bad Bunny no solamente canto en SNL, sino que también fue el anfitrión invitado. En ese rol, pidió que mientras hablaba, cambiaran la traducción en pantalla que decía “Hablando en un idioma que no es inglés”, las palabras que desataron un furor después de los Grammys en enero. Esta vez, se usó la frase: “Hablando en un idioma más sexy”.
No sé si es más sexy o no. Pero sí puedo decir que ya no es visto con desdén. Es español. Es una maravilla. Y es parte de nosotros, así no entiendas una sola palabra.